Los peligros de los edulcorantes artificiales y la mejor alternativa para endulzar tu vida:
Los alimentos etiquetados como "sin azĂșcar" suelen contener una serie de ingredientes quĂmicos que pueden afectar nuestra salud. Es importante comprender que esta etiqueta puede ser engañosa y confundir a aquellos que intentan evitar el azĂșcar. Tomar bebidas o consumir alimentos sin azĂșcar y "dietĂ©ticos" puede parecer una elecciĂłn inteligente, pero en realidad podrĂamos estar causando mĂĄs daño que bien.
Los edulcorantes artificiales utilizados en muchas bebidas azucaradas estĂĄn relacionados con enfermedades crĂłnicas y, paradĂłjicamente, pueden hacernos subir de peso. Estudios han demostrado que beber tan solo 12 onzas de refrescos de dieta a la semana aumenta el riesgo de diabetes en un 33%. ÂĄImagĂnense lo que puede ocurrir al beber 20 onzas de refresco de dieta por semana, el riesgo de diabetes aumenta en un 66%!
Es hora de reconsiderar nuestros hĂĄbitos con los refrescos dietĂ©ticos. Sin embargo, tampoco recomiendo optar por los refrescos regulares, ya que estĂĄn cargados de jarabe de maĂz de alta fructosa o azĂșcar blanca. Escoger entre estos edulcorantes inflamatorios y que alteran los niveles de azĂșcar en la sangre, y los edulcorantes artificiales, es como elegir quĂ© veneno lento queremos administrarnos. ÂĄNo caigamos en esa trampa!
Aunque quizĂĄs no lo queremos escuchar, la soluciĂłn es simple: volvamos al agua tradicional. Podemos darle sabor agregando frutas como rodajas de limĂłn o lima. Como alternativa a endulcorantes quĂmico, el monkfruit y la stevia son naturales y saludables en moderaciĂłn.
Los edulcorantes artificiales pueden ser tan dañinos, e incluso peores, que el azĂșcar comĂșn. Estos productos afectan negativamente nuestra salud intestinal y nuestra tolerancia a la glucosa. AquĂ hay algunas razones por las cuales debemos evitarlos:
Aumentan el riesgo de diabetes: los edulcorantes artificiales pueden aumentar el riesgo de aumento de peso, sĂndrome metabĂłlico, diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares.
Reconfiguran la quĂmica y el metabolismo de nuestro cerebro: aunque no contienen calorĂas, los edulcorantes artificiales engañan a nuestras papilas gustativas haciĂ©ndolas creer que estamos consumiendo azĂșcar real. Esto estimula la producciĂłn de insulina, la hormona que almacena grasa, ralentiza nuestro metabolismo y nos hace sentir mĂĄs hambre, especialmente por alimentos ricos en carbohidratos.
Son altamente adictivos: los edulcorantes artificiales pueden volverse adictivos rĂĄpidamente, incluso mĂĄs que sustancias como la cocaĂna, segĂșn estudios con ratas.
Ya podemos entender que âlibre de azĂșcarâ no es libre de consecuencias si esta endulzado con edulcorantes. Optemos por alimentos que sean naturalmente libres de azĂșcar sin quĂmicos añadidos.
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